El beneficio de la duda

jueves, 17 de diciembre de 2009

Es un lujo vivir con una fuerte convicción en el mundo en el que vivimos, tan repleto de preguntas sin respuestas, pero más repleto aún de respuestas absurdas. No importa que no las conozcamos, si es necesario nos las inventaremos. Después podrán llegar otros y adoptarlas como propias, basta repetir cien veces una mentira para convertirlo en otra más apestosa.

¿En qué momento somos capaces de creernos una estupidez? En ocasiones el individuo crédulo es aquel que es incapaz de formular teorías por sí mismo y precisa de las del prójimo para ubicarse de alguna forma. Crédulo es buena persona, no se mete en problemas, no refuta ni discrepa de nada para mantenerse en esa línea senoidal que une puntos tan dispares. Otras veces Crédulo es capaz de afirmar rotundamente cualquier idea si ésta proviene de su modelo a seguir, de su musa o de quien está convencido de poseer la verdad absoluta. Pero no me cae bien, lo siento. Prefiero a Escéptico, ese que
va por ahí sin creer nada de lo que le cuentan, que necesita que todo se lo demuestren, que tiene que palpar, ver, sentir, oler, que discute cualquier teoría por válida que parezca...pero no lo prefiero por todo esto. Confío más en él porque para llegar a ser quien es, antes pasó por todo lo demás, hasta que un día se preguntó: ¿y si esto no es así? ¿Y si me equivoco? Y con la duda nació la humildad.

0 comentarios:

Powered By Blogger

Buscar este blog

  © Free Blogger Templates Nightingale by Ourblogtemplates.com 2008

Back to TOP